Resumen:
La enseñanza de las matemáticas ha estado marcada, por siglos, por un enfoque mecanicista. Se aprende memorizando operaciones básicas, aplicando fórmulas y resolviendo ejercicios diseñados para ser verificados de manera rutinaria. Este modelo, heredado de la modernidad, respondía a un contexto donde la rapidez y la exactitud eran indispensables para la vida práctica en ausencia de calculadoras o computadoras. La memorización se justificaba como un modo de reducir la carga cognitiva y de facilitar la estandarización de la enseñanza, pero también instaló una confusión persistente entre velocidad y verdadero dominio matemático.